Cuando el Movimiento Bíblico cumplió 25 años,el ya fallecido Sr. Obispo, Fray José Gómez, escribió la siguiente felicitación
1978-2003: VEINTICINCO AÑOS DEL MOVIMIENTO BÍBLICO DIOCESANO
Veinticinco años son pocos en el cómputo general de la historia del Cristianismo y de la Diócesis. Son, sin embargo, muchos años de vida, de fidelidad, estudio y actividad para un movimiento que nació y pervive con vocación bíblica y evangelizadora.
Las Bodas de Plata del Movimiento Bíblico Diocesano son un acontecimiento histórico para la Diócesis de Lugo.
Significó el nacimiento de una nueva organización laical en nuestra Diócesis y, sobre todo, la creación de una institución con gran incidencia en la formación del laicado y en la vida cristiana personal, familiar y social de nuestros diocesanos.
Desde ahora, el Movimiento Bíblico Diocesano, por su intensa y significativa labor, quedará ligado, para siempre, a la historia de nuestra Diócesis por su influencia en la formación bíblica de sacerdotes, personas consagradas y laicos; por su relación con otros movimientos laicales, por su presencia en las parroquias y en otras instituciones de la Iglesia Diocesana e incluso de Galicia.
Durante muchos años he podido vivir de modo muy intenso y gozoso las Inauguraciones de Curso, las Pascuas Bíblicas, los viajes a Tierra Santa y otras muchas actividades que, organizadas por este Movimiento, han servido para ayudamos a todos a acercamos a la Palabra de Dios, a conocer la Biblia y, en definitiva, a crecer en el amor a Dios y a los hermanos.
Quiero aprovechar esta efeméride para expresar mi reconocimiento, admiración y afecto, a su fundador y gran animador el Rvdo. D. José Antonio González García; a todos los sacerdotes, religiosos y laicos que han colaborado como profesores y monitores, y a todos los miembros del Movimiento.
Todos debemos congratularnos por haber tenido la suerte de que en nuestra Diócesis haya nacido y viva, con sus veinticinco años de juventud, este Movimiento tan rico en personas y actividades.
Mi más cordial enhorabuena y que su presencia en la Diócesis se prolongue en años y en frutos cada día más fecundos y lozanos.
Obispo de Lugo.
PASCUA BÍBLICA del 2003